
Pulgarcito, siempre había sido menudo y pequeño como un pulgar. Normalmente llevaba un gorro y unas botas marrones. Sus ojos eran de color azul, con un tono azul oscuro en los bordes. El cabello lo tenía marrón oscuro como un africano. Siempre estaba alegre y hablaba tanto como una cotorra. Siempre cantando una canción que le enseñó su madre. Pero muchas veces nadie le hacía caso y eso le deprimía.

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